SINOPSIS

En aquel ya lejano 2002, frente a los que quisieron enterrar el SARS como epidemia, aparecieron los primeros gritos disidentes que alertaron de un cambio de ciclo en la frecuencia y gravedad con la que un virus desconocido azotaría a la humanidad. 

Organismos como la Organización Mundial de la Salud o la Organización de las Naciones Unidas se hicieron eco de estas investigaciones y lanzaron la voz de alarma, pero se perdió su grito en el vacío.El protagonista, Alex Monbru, fue uno de aquellos científicos valientes que no se dejaron intimidar y alzaron su voz, al advertir el preocupante futuro que se vislumbraba. 

Algunos colegas suyos fueron silenciados; otros, desacreditados y otros, desaparecieron sin más o murieron a causa de extraños accidentes. Había una línea roja que estaba prohibido cruzar, pero ellos no tuvieron miedo y siguieron buscando la verdad.Alex transita esta historia al desnudo, demostrando junto a sus sobresalientes capacidades científicas, su profunda humanidad y la intensidad de sus emociones.

 Una vida intensa, cargada de vivencias que a su paso retrata las diferentes formas de amar, desde el sentimiento más tierno al más apasionado y brutal. Nadie aquí esconde el deseo de sexo más animal al que no le cuesta mentir y prefiere calificarlo como amor.

Todos eran conocedores del apocalipsis que llegaba y del costo que supondría en vidas, pero nadie hizo nada para intentar evitarlo. Prefirieron seguir ausentes, ignorando los gritos de auxilio que llegaban desde todos los estamentos sanitarios y científicos. 

No son extrañas y oscuras conspiraciones, son solo la consecuencia lógica, la cruda realidad de un mundo que prefiere invertir en armas para matar que en ciencia para sanar.La Madre Tierra, herida y desesperada, exigía un tributo de sangre por tanto daño y desprecio recibido. Se valió del más pequeño e insignificante de sus habitantes para su terrible venganza. Mientras, el Homo sapiens continúa suicidándose como especie y camina con paso firme y decidido hasta el final de sus días, destrozando ecosistemas, contaminando el aire, vertiendo veneno en los ríos o enterrando en plásticos el mar. 

Un mundo roto por la desigualdad que, para aplacar la codicia de unos cuantos, necesita el hambre, la desesperación o la muerte de los demás.Quise hacer un libro capaz de hacer sentir y pensar; pero también, reír y llorar. Que fuese capaz de transmitir amor y compasión, sin dejar de creer que otro mundo mejor es posible y está en nuestras manos conseguirlo. Capaz de trasladar al lector a otra realidad a través de personajes cristalinos que naufragan a diario intentando andar sobre el mar a lo largo de estas páginas.
 

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